Ayudar a los niños a reconocer su autoestima
Eleanor Roosevelt dijo una vez: "Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento". Sabemos que nuestras conversaciones internas y gran parte de nuestra baja autoestima no provienen de lo que nos dicen, sino de lo que nos decimos a nosotros mismos.
¿Alguna vez has tenido esa experiencia en la que algo que alguien te dice durante el día parece repetirse en tu mente? ¿Te afecta a medida que avanzas en tus asuntos cotidianos y te hace sentir indigno e incluso interferir con tus relaciones?
La mayoría de nosotros tenemos esta experiencia de manera regular y no es fácil olvidar los comentarios porque nuestra mente juega las palabras y eventualmente lo creemos nosotros mismos. Incluso podemos convencernos de algo que no fue intencionado por la persona que nos dijo las palabras.
Puede que no nos guste admitirlo, pero permitimos que las palabras de otros nos afecten. Recitamos el poema del niño "los palos y las piedras pueden romper mis huesos, pero los nombres nunca me harán daño". ¡Sin embargo, sabemos que lo hacen! La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que mucho después de que los huesos rotos sanan, el dolor de las palabras negativas persiste.
Cuando éramos niños, a menudo nos dolían las conversaciones negativas de aquellos que eran las personas importantes en nuestras vidas. Incluso si no nos dimos cuenta de cómo nos afectan esas palabras, llevamos estos pensamientos negativos a nuestra edad adulta. Tendemos a filtrar lo que otros nos dicen a través del archivador de nuestras experiencias. Es difícil cambiar nuestras propias percepciones, pero para nuestros hijos, no es demasiado tarde.
Como padres y adultos, podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar una autoestima sólida al pensar en las palabras que usamos cuando les hablamos. Enseñarles a reconocer su propia autoestima es esencial para ayudarlos a desarrollar una fuerte autoestima. Los adultos importantes en la vida de los niños deben felicitarlos mucho y ayudarlos a reconocer sus logros. Sin embargo, es igualmente importante asegurarse de que un niño pueda reconocer su propia autoestima y mantener una fuerte autoestima, incluso cuando sea necesario disciplinarlo por las cosas que hace que no sean dignas de elogio.
Como adultos, aprendemos a escuchar elogios y rechazarlo consciente o inconscientemente. Cuando aprendemos a alabarnos apropiadamente, somos dueños de la alabanza. Enseñar a un niño a alabar su propio logro le enseña a un niño un recurso importante que lo ayudará enormemente en el futuro.