Experimenta tus emociones; No te dejes llevar por ellos

Jackie M Johnston le preguntó una vez a su audiencia. “¿Has aprendido a distinguir entre“ experimentar tus sentimientos y ser guiado por ellos ”? La respuesta a esta pregunta es muy individual y cada uno de nosotros debe preguntarse. ¡No podemos convertirnos en personas integrales si no respondemos esta pregunta con un "sí" instantáneo! 

 

No podemos comenzar a actuar y pensar positivamente hasta que hayamos aprendido a experimentar y lidiar con nuestros sentimientos, sin ser arrastrados por ellos. La mayoría de las personas son guiadas por sus "instintos intestinales" al tomar decisiones. La forma en que las personas se sienten acerca de algo a menudo dicta si lo hacen o no, o si disfrutan de hacerlo o no. Incluso pueden elegir no hacer algo debido a cómo se sienten al respecto. 

 

 El problema con este tipo de reacción es que está profundamente arraigado en las emociones y no en la lógica, aunque la lógica y nuestros sentimientos pueden llevarnos a la misma conclusión. Esto es lo que significa "experimentar tus sentimientos" ¿Has aprendido a distinguir entre "experimentar tus sentimientos y ser guiado por ellos? Experimentar sus sentimientos, le permite elevarse por encima de los sentimientos de algo, pero luego, lógicamente, decidir qué acción tomar. 

 

Esto es particularmente importante si tiene una discusión con su cónyuge o hijo adolescente. Es muy fácil dejarse llevar por los sentimientos a medida que el argumento se vuelve más acalorado. Un cónyuge o padre sabio, al reconocer y comprender el aumento de los sentimientos de frustración y enojo que surgen dentro de ellos, le sugerirá un tiempo de espera para dar a cada persona tiempo y espacio para pensar y responder lógicamente en lugar de emocionalmente. 

 

Aprender a diferenciar entre nuestra actuación en nuestros sentimientos y comprender cómo pueden ayudar u obstaculizar nuestras acciones y nuestras reacciones es esencial para lograr un pensamiento positivo. Los sentimientos negativos pueden mantenernos como rehenes de nosotros mismos y de nunca lograr nada en nuestra vida. No nos sentimos felices o contentos con lo que tenemos, por lo que nos esforzamos por obtener más. Nos sentimos deprimidos, así que nos aislamos de los demás o comemos en exceso. Nos sentimos enojados, así que lo sacamos de nuestras actitudes con nuestros hijos o nuestro cónyuge. 

 

A medida que aprendemos a canalizar nuestros pensamientos y sentimientos negativos hacia una toma de decisiones más positiva, podemos usarlos para ayudarnos a elegir comportamientos, pero no les permitimos dictar nuestras acciones sin antes desafiarlos al pensar en opciones alternativas que pueden afectar positivamente en nuestras vidas y la elección que hacemos.