¿La espiritualidad controla el destino del hombre?

La mejor y más grande creación de Dios es el hombre. Dios también ha absorbido la capacidad de hacer las cosas más poderosas en la tierra. Por lo tanto, siente que está a la par con Dios desde algunos aspectos. Por lo tanto, el destino del hombre está en sus propias manos. Las afirmaciones de que Dios controla el destino del hombre no es del todo cierto. El trabajo que hace el hombre, obtiene los resultados de acuerdo con el trabajo realizado. Su personaje conoce al hombre. Uno tiene que pagar mucho por algunos de sus errores en sí mismos. 

 

"Hay una divinidad que salva nuestros fines", dice Shakespeare. Los dichos son que la divinidad controla las acciones del hombre. El proceso de pensamiento está controlado por este poder divino. Ya sea un país occidental o cualquier otro país oriental, todos los países creen que las estrellas controlan nuestro destino. La astrología es la ciencia de predecir tu futuro. El horóscopo de uno da una indicación de la posición de las estrellas todopoderosas de uno. Los gobernantes consultan tantriks y buscan la bendición de los sacerdotes antes de dar un paso importante. El hombre común cree días propicios. El miedo los lleva a las manos del destino mucho más. Funciona con por lo tanto. Es casi imposible predecir el resultado de cualquier empresa. La historia está llena de ejemplos, que muestran el funcionamiento despiadado del destino. Las batallas se perdieron o ganaron por un capricho del destino en los últimos minutos. 

 

Sin embargo, esta filosofía del destino no es aceptable para muchos. Dicen que los fatalistas son cobardes. Carecen de fuerza, una fuerte voluntad y confianza en sí mismos. Las personas que se sientan sin hacer nada no son más que tontas. Creen que el destino hará algo por ellos. No se dan cuenta del hecho básico de que si no trabajan ellos mismos, entonces el destino tampoco tiene el poder para hacerlos ponerse de pie y avanzar. El hombre dotado de coraje y empresa descarta esta filosofía. Creen en la acción y luchan por lograr su objetivo. Estas personas conquistan los Alpes y cruzan el Océano Pacífico. 

 

De hecho, la doctrina del destino está desactualizada en la era científica. La comprensión de que el hombre puede crear algo nuevo ha ocurrido en él. No es suerte, pero el trabajo es su consigna. Ha adoptado el lema de Ulises de trabajar duro, buscar, encontrar y no ceder. La fortuna solo favorece a los valientes. El destino no es ciego. También obedece la ley de la naturaleza, la ley de causa y efecto.